Proyectos ágiles: ¿por qué Scrum?

La implantación de metodologías ágiles facilita no perder el foco del proyecto y obtener resultados que aporten valor de forma rápida. Te contamos por qué hemos elegido Scrum.

Por Isaac Gómez, Project Manager en Beonprice

This post was originally written in Spanish. Click here for the English version.

Es apasionante a la vez que intenso el día a día de trabajo en una startup: muchos frentes abiertos a los que tienes que dar rápida respuesta, prima la velocidad de entrega, surgen retos a diario, te comunicas con muchísimas personas de diferentes áreas a lo largo del día… Todo esto hace que al final de la jornada, ¡te sientas como si acabaras de salir de una cocktelera! Creo que todos los que trabajamos en un entorno similar nos sentimos identificados con esta situación y personalmente me encanta estar ahí, en el centro del huracán.

En los primeros años de una empresa tecnológica generalmente el número de personas es reducido y probablemente trabajes día a día con un equipo de no más de tres personas. Hasta ahí la organización “caótica” funciona, y además ¡es divertida! Sin embargo, con el paso del tiempo, la sofisticación del producto y, principalmente, el crecimiento del equipo hacen que de repente ese caos haya absorbido completamente tu día a día. En ese mismo momento te vas a encontrar, entre otros, con dos problemas tremendamente importantes:

El primero, utilizado principalmente en el ámbito de la economía pero que he vivido en primera persona, es el problema de racionalidad limitada:

1) la información disponible: no la tendrás organizada, ni llegará de forma estructurada, dependerás absolutamente de tu mente, y aquí te darás de frente con el siguiente problema.

2) la limitación cognoscitiva de la mente individual: aunque en algún momento puedas creer que tienes todo controlado, te sorprenderá la facilidad que tiene el cerebro humano de olvidar cosas.

3) el tiempo disponible para tomar la decisión: si a todo lo anterior le sumas que ni el cliente ni el mercado va a esperar indefinidamente a tu respuesta, estarás en riesgo de tomar decisiones erróneas.

El segundo problema que te vas a encontrar va a ser la pérdida del foco. Realmente habrá tanta tarea diaria que te impedirá tener una visión global. Si además eres el responsable de un equipo, de nuevo estarás en riesgo de llevar a la deriva el proyecto.

Si estoy contando esto, es porque lo he vivido en primera persona. Recuerdo que Emilio Galán, nuestro actual CTO, me insistió mucho a la hora de afrontar el rol de líder de departamento que lo primero que debía hacer es implementar una cultura ágil de trabajo, pero hasta entonces mi respuesta era: “no es el momento, si me dedico a implementar una metodología ahora no sacamos el trabajo, nos ahogaremos en burocracia.”

Pues bien, la insistencia dio resultado. Llegó el momento de dar forma a nuestro marco de trabajo. Mi primera percepción cuando valoraba alternativas metodológicas es que todo eran modas, que realmente no iba a resolver un problema, simplemente podríamos comentar que estábamos a la vanguardia y decir utilizamos Scrum, no obstante decidí aplicar el consejo.

Entre los diferentes candidatos (Kanban, Scrum, XP, Waterfall…) decidimos utilizar Scrum, ¿por qué?

• Agilidad: el hecho de que podamos ir entregando producto y dándole forma en cada ciclo es algo muy valorable en empresas de crecimiento rápido.
• Ceremonias Scrum: estar alineados todos los miembros del equipo (Scrum Máster, Product Owner, Dev Team y Stakeholders) y que fluya la comunicación es básico en un entorno tan cambiante.
• Diferenciación de roles: dejar claro cuál debe ser la responsabilidad de cada miembro del Equipo de Scrum, eliminando duplicidades e incertidumbres.
• Ciclos: hacer una revisión en periodos cortos, en nuestro caso de dos semanas, evita desviaciones entre el producto esperado y desarrollado. Además la retrospectiva permite llevar a cabo una cultura de mejora continua.
• Acotar el trabajo: permite tener el foco claro y avanzar en una misma dirección, persiguiendo un objetivo común. Además permite adaptar la cantidad de trabajo al rendimiento del equipo de desarrollo atendiendo a su madurez.
• Panel Kanban: aunque no es propiamente nativo de scrum la realidad es que es muy común utilizarlo al ser muy visual e intuitivo. Además del propio panel el tener limitadas las tareas en paralelo es una práctica muy recomendable en términos de eficiencia.

Este conjunto de beneficios potenciales no solo resuelven los problemas antes citados sino que aportan beneficios extras.

Implementar una nueva metodología en una organización que ya está rodando no es tarea fácil, desde encontrar la herramienta perfecta para la gestión, fasear las etapas de implementación, predicar con el cambio al equipo técnico, explicar las implicaciones a los stakeholders… podría detenerme en todos estos aspectos, pero cada uno de ellos da para un artículo aparte.

Varios años después de habernos embarcado en este proceso me encantaría decir que tenemos un marco de trabajo definitivo, que no surgen problemas y todo va a la perfección, pero estaría mintiendo. Es un proceso de mejora contínua que hemos implantado paso a paso, tratando de evitar esa burocracia que comentaba al inicio y obtener resultados desde el primer día. Precisamente esto es una de las características más representativas de Agile y en concreto de Scrum, realizar entregas frecuentes y rápidas buscando aportar valor lo antes posible.

No me cabe duda echando la vista atrás, que la mejora en todos los sentidos ha sido enorme: trabajamos manteniendo el foco, los objetivos están acordados cada inicio del sprint por todos los roles de la organización, podemos asignar el trabajo justamente atendiendo al equipo, somos capaces de medir productividad, el trabajo sale con calidad, cada rol puede centrarse en su especialidad… además si las cosas salen mal saldrán a la luz en la retrospectiva y ¡vuelta a empezar!

Por último me gustaría dar un breve consejo si algún lector se encuentra en una situación similar: no intentes aplicar la metodología más sofisticada, novedosa o compleja, busca la que mejor se adapte a tu forma de trabajar y aplícala sin miedo a equivocarte, sólo así podrás darte cuenta pronto de que realmente funciona o que por el contrario debes cambiar.